Un parásito que muda de piel

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Investigadores de la RICET, han identificado el procedimiento que utiliza el parásito causante de la enfermedad del sueño (tripanosomiasis humana africana), para “burlar” la respuesta inmune de nuestro cuerpo ante un agente extraño,  la investigación acaba de ser publicada en la prestigiosa revista científica Public Library of Science Pathogens (PLOS Pathogens). La investigación coordinada por el Dr. Miguel Navarro que ha permitido llegar a este hallazgo, es fruto de una colaboración entre investigadores del Instituto de Parasitología y Biomedicina “Lopez Neira”- CSIC y del Centro Nacional de Medicina Tropical del ISCIII.

Los investigadores han encontrado la explicación del problema y con ella abren la puerta a nuevas líneas de investigación en busca de una solución, su hallazgo ha desvelado que el parásito tiene su superficie cubierta por una capa compuesta por múltiples proteínas del mismo tipo conocida como Glicoproteína Variable de Superficie (VSG). Cambiando periódicamente el tipo de proteínas que recubren la superficie, el parásito se vuelve irreconocible para el sistema inmunológico del organismo humano, que ante cada nuevo cambio no es capaz de considerar el parásito como una infección anterior que combatir. Así ha desarrollado una enorme capacidad de multiplicarse y sobrevivir durante prolongados periodos de tiempo en el sistema sanguíneo del vertebrado que infecta.

Este es el principal motivo que provoca que hasta ahora los tratamientos actuales no sean eficaces y todo obstaculice el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad del sueño. Cambiando consecutivamente el tipo de proteína que recubre la superficie, el parásito escapa de los anticuerpos que el hospedador va generando, presentándose al sistema inmune como si fuera una infección diferente.

Exactamente lo que han descubierto estos científicos es una nueva estructura en el núcleo del parásito implicada en la variación antigénica de este organismo patógeno. Si se bloquea la formación de esta estructura, se reduce la cantidad de proteína presente en la superficie de parásito, proteína que al variar consigue eludir la respuesta inmune del enfermo. Este hallazgo abre una nueva vía para el tratamiento de la enfermedad, y además podría ser extrapolable a otros protozoos como Plasmodium y Giardia, responsables de otras enfermedades tropicales que también escapan a la respuesta inmune mediante procesos de variación antigénica.

La estructura descubierta en el núcleo del parásito está constituida por unas proteínas que todas ellas han experimentado una modificación llamada SUMOilación porque consiste en que se les ha añadido un péptico llamado SUMO (Small Ubiquitin-like Modifier) y que les permite estar agrupadas dentro del núcleo. La SUMOilación es además la que provoca que sea sólo un tipo de proteínas el que recubre la superficie del parásito y que este tipo vaya alternándose sucesivamente.

La tripanosomiasis humana africana o enfermedad del sueño es una de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) que causan una significativa morbilidad y mortalidad en el continente africano. Emerge en proporciones epidémicas en las regiones rurales del África subsahariana, es mortal si no se trata, puede provocar un estado de coma y ocasionar muerte súbita. Por otro lado, los medicamentos disponibles en la actualidad para combatir esta enfermedad son muy tóxicos, lo que hace necesario el desarrollo de nuevos fármacos.

Provocada por la picadura de la mosca tse-tsé infectada que introduce unos parásitos llamados “tripanosomas” (Trypanosoma b.gambiense), inicialmente éstos se multiplican en los tejidos subcutáneos, sangre y linfa, pero pueden llegar a invadir el sistema nervioso central al cruzar la barrera hematoencefálica.

La primera etapa de la enfermedad, conocida como fase hemolinfática, presenta ataques de fiebre y jaquecas. La segunda fase, conocida como fase neurológica, comienza cuando el parásito atraviesa la barrera hematoencefálica e invade el sistema nervioso central. Aparecen entonces confusión, alteraciones de los sentidos, mala coordinación y las alteraciones del ciclo del sueño que dan el nombre a la enfermedad.

Las moscas tse-tsé se encuentran en el África subsahariana, principalmente en la vegetación costera de ríos y lagos, en bosques galería y en la sabana. Hay muchas zonas donde se encuentran las moscas pero no la tripanosomiasis humana africana. Esto es debido a que las moscas no nacen con el tripanosoma, sino que el tripanosoma entra en las glándulas salivales de la mosca al succionar sangre de algún humano o animal con la enfermedad.

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Referencia bibliográfica: López-Farfán et al., PLOS Pathogens. 4 Diciembre de 2014.