La capacidad de gestionar de forma eficiente la respuesta de las células T es un factor crítico en la transmisión congénita de T. cruzi

T cells

La transmisión materno-fetal de Trypanosoma cruzi, agente causante de la enfermedad de Chagas, constituye un serio problema de salud pública en zonas endémicas y no endémicas. Dicha vía de transmisión del parásito, puede ser considerada como un modelo ecológico de múltiples y complejas interacciones entre el parásito y, (I) el sistema inmunológico de la mujer embarazada, (II) la placenta que alberga su propio sistema de defensa y (III) el sistema inmunológico del feto (Carlier et al. 2015 Acta Trop 151:103-15). Durante el embarazo, debe establecerse un equilibrio en el que se mantenga la competencia inmunológica para la defensa de la madre y del feto frente a antígenos foráneos y, al mismo tiempo, se induzcan los mecanismos de tolerancia local y periférica necesarios para prevenir una respuesta frente a aloantígenos fetales de origen paterno (La Rocca et al. 2014. Immunol Lett 162:41-8). Este proceso de homeostasis inmunológica, está mediado por numerosos mecanismos inmunomoduladores celulares y moleculares que son cruciales en el control de las células maternas durante el embarazo, incluyendo el efecto inmunosupresor de las células T reguladoras, y la capacidad inmunoreguladora de moléculas tales como los receptores inhibitorios de la respuesta inmunológica (Meggyes et al. 2015. Placenta 36:1153-60). En mujeres embarazadas e infectadas con T. cruzi este proceso de inmunosupresión puede conducir a un aumento en la carga parasitaria de la madre, especialmente durante el tercer trimestre del embarazo, lo que aumenta el riesgo de transmisión congénita (Siriano et al. 2011. Am J Trop Med Hyg 84: 569-74.).

En un trabajo colaborativo, utilizando un modelo murino de infección crónica con T. cruzi, investigadores de la Ricet han evaluado las modificaciones inducidas por la gestación en la expresión de receptores inhibitorios y en la capacidad multifuncional de las células T CD4+ y CD8+, así como su asociación con la tasa de transmisión congénita del parásito. Los resultados obtenidos muestran como, en ratonas sanas, la gestación induce un aumento significativo en la expresión de receptores inhibitorios en linfocitos T CD4+ y CD8+. Sin embargo, en estado de gestación la infección con T. cruzi, induce una disminución de la frecuencia de linfocitos T que expresan o coexpresan receptores inhibitorios, así como un aumento en la frecuencia de linfocitos T CD4+ y CD8+ muItifuncionales. Este perfil podría ser consecuencia de una ruptura del proceso de homeostasis desarrollado en la gestación, probablemente con el fin de controlar el aumento en la carga parasitaria originado por el proceso de "despistaje inmunológico" asociado. En este sentido, los investigadores observaron que durante la gestación, las ratonas infectadas por T. cruzi, presentan un incremento de la parasitemia. De hecho, el 88% de las ratonas infectadas, con PCR negativa para T. cruzi antes de la gestación, presentan DNA del parásito en cantidades detectables tras la misma. Asimismo, observaron que 37% de estas ratonas PCR positivas transmiten el parásito a su descendencia, destacando que las ratonas que trasmiten el parásito, teniendo una tasa similar de parasitemia a las que no lo transmiten, presentan una mayor frecuencia de linfocitos T CD4+ y CD8+ que coexpresan receptores inhibitorios, así como una menor frecuencia de linfocitos T multifuncionales.

Estos resultados sugieren que las hembras que transmiten el parásito no tienen la capacidad de revertir el proceso de homeostasis inducido por el embarazo. Por tanto, es crucial que se establezca un equilibrio cuali y cuantitativo entre la expresión de receptores inhibitorios para mantener la viabilidad del feto y el establecimiento de una respuesta funcional eficiente para controlar la infección. Así, en conjunto, estos resultados muestran que la capacidad de modular la respuesta inmunitaria de las células T por el hospedador puede ser un factor determinante en el proceso de transmisión congénita de T. cruzi. Por lo cual, la evaluación del perfil inmunológico durante el desarrollo del embarazo podría ser útil como herramienta determinante del factor de riesgo de transmisión del parásito.

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