Lecciones aprendidas de los dos casos autóctonos de Crimea-Congo del año pasado

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La Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad vírica que se puede transmitir a las personas por la picadura de una garrapata (predominantemente Hyalomma spp.) o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados. También puede haber transmisión de FHCC entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.

El verano pasado se produjeron en España los dos únicos casos registrados hasta la fecha en Europa occidental. Este cambio en la distribución geográfica de la enfermedad, unido a la expansión de la distribución del vector principal en nuestro país, hace que se deba considerar a la FHCC como una enfermedad infecciosa emergente.

El equipo de profesionales, pertenecientes la mayoría a la RICET, que estuvo a cargo del tratamiento, análisis y vigilancia de los pacientes y afectados, acaba de publicar un informe en el último número de The New England Journal of Medicine en el que concluyen que los pacientes fueron infectados por el mismo virus FHCC que se había detectado en garrapatas en el año 2010. Se cree que esta variante pudo llegar a España a través de las garrapatas transportadas por aves migratorias procedentes del norte de África. Además, el estudio también describe como, gracias a una necropsia, detectaron una lesión hepática importante y una denudación de la mucosa del intestino grueso, algo que nunca se había descrito hasta ahora en esta enfermedad.

Aunque no hay que generar ninguna alarma social, ya que la capacidad de transmisión de la FHCC es mucho menor que la de otros vírus hemorrágicos, es importante tratar de reducir el riesgo de picaduras de garrapatas y tanto los profesionales sanitarios como la población, deberán estar atentos a la aparición de fiebre o síntomas hemorrágicos después de la picadura de una garrapata.

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